Aluminio y mercurio en vacunas

[México]

El sistema defensivo del cuerpo humano es extraordinario y tiene la capacidad de "darse cuenta" de si el virus que inoculamos está vivo o muerto. Si la vacuna está compuesta por virus muertos o por porciones de virus, la defensa que genera es mucho menor que si se sufriera la enfermedad y podría no ser suficiente para protegernos suficientemente. Por ello, se añaden a las vacunas de este tipo lo que llamamos "adyuvantes" que no es otra cosa que sustancias que "despiertan" al sistema defensivo del cuerpo y le hacen responder de una forma más potente, generando una protección mucho mejor.

Puede estar tranquila. Las vacunas salvan vidas y no lo hacen a cambio de intoxicar a quienes las reciben. No se deje malinformar sobre este tema tan importante para preservar la salud.

Brevemente, le hablamos de las dos sustancias que cita:

MERCURIO

Durante mucho tiempo, en la fabricación o conservación de algunas vacunas, se ha utilizado como conservante el timerosal (una sal orgánica que contiene etilmercurio) por sus propiedades antimicrobianas. Sin embargo, desde hace unos años se ha ido reduciendo la cantidad de timerosal utilizado o se ha eliminado completamente, sustituyéndolo por otros compuestos para la conservación y fabricación de aquellas vacunas que antes lo contenían. 

No se ha podido demostrar que el timerosal o tiomersal, incluido en las vacunas, interfiera con el desarrollo cerebral del feto o el lactante. Tampoco se ha demostrado una relación con enfermedades, como el autismo, o con el retraso del desarrollo psicomotor.

Se preguntará entonces por qué se ha retirado el timerosal de la composición de las vacunas si no es tóxico, pues por un principio de prudencia básico y por la alarma social que se ha creado alrededor de esta sustancia. 

ALUMINIO

SÍ, algunas vacunas contienen muy pequeñas cantidades de sales de aluminio como adyuvante o potenciador de la respuesta de defensa.

Las sales de aluminio se usan como adyuvantes de vacunas desde hace 70 años y son componentes imprescindibles para estimular el sistema inmunitario y permitir introducir menores cantidades de antígeno, que podría resultar perjudicial, en el organismo. Nunca se ha registrado ningún efecto adverso relacionado con el aluminio existente en algunas vacunas. La cantidad de aluminio que contienen las vacunas es muy inferior (menos del 1%) a las cantidades de aluminio que de forma natural contienen, por ejemplo, los alimentos habituales que consumimos, incluida, por chocante que resulte, la leche humana.

Repetimos: puede estar tranquila. Respecto a las cuestiones de seguridad, existen pocos productos sanitarios tan vigilados y controlados por las agencias reguladoras como las vacunas. Puede ampliar la información en esta sección de nuestra web.

Un saludo.

Comité Asesor de Vacunas de la AEP