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DUDAS VACUNA COVID EN NIÑOS

Fecha: 
25 enero 2022
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Pregunta

Buenos días Encanta de saludar Espero puedan informarme sobre los riesgos y beneficios de “vacunar” a mi hijo de 9 años de edad contra la COVID y responder a estas preguntas: En un vídeo de la página web de la AEP, indican que, en niños la afección de COVID se asemeja a un catarro,¿¿Entonces porqué vacunar?? Si, para la franja de edad de entre 5 y 11 años de edad, lo que se intenta con la “vacuna” es impedir la transmisión del virus e igualmente ( y demostrado) las personas vacunas se contagian y contagian, ¿ Entonces porqué vacunar? Si tras la administración de la vacuna se están dando casos de miocarditis y pericarditis en gente sana, ¿por qué la vacuna? Entiendan que como madre, solo quiero el bienestar de mi hijo. Quedo pendiente

Respuesta

La recomendación de la vacunación frente a la COVID-19 en la edad pediátrica ha de venir condicionada por algunos factores que deben tenerse en consideración.
La vacunación es la medida más efectiva para combatir la pandemia actual. Las medidas no farmacológicas (como son el distanciamiento físico y las medidas de higiene respiratoria y de contacto) contribuyen al control de la diseminación de la infección, pero algunas de ellas no se pueden mantener de forma indefinida sin que se afecte la normalidad deseada. 
Los ensayos clínicos de las vacunas frente a la COVID-19 en la edad pediátrica (5-11 años de edad) han demostrado que la vacunación es eficaz, lo que asegura la primera condición para que esta pueda administrarse en la infancia. Tanto la amplia experiencia acumulada con la vacunación de adolescentes y adultos, como los ensayos clínicos disponibles muestran que la vacunación pediátrica cuenta con un perfil de seguridad favorable, lo que constituye, también, una condición imprescindible.
Entre las razones que apoyarían la recomendación de la vacunación en los niños se encuentra la de disminuir la carga de enfermedad que supone la COVID-19 en este grupo de edad, actualmente el de mayor incidencia con más de 2491 casos por 100 000. Aunque lo más frecuente es que la infección por SARS-CoV-2 curse de forma asintomática o con síntomas leves, existen formas graves como el SIMP asociado a SARS-CoV-2, la covid persistente y la neumonía. Además, hay que considerar los efectos colaterales que la pandemia ha tenido en los niños y adolescentes, entre los que se encuentran la falta de normalidad en la escolarización, derecho fundamental de la infancia y base imprescindible para el bienestar y desarrollo personal de cada niño, y los trastornos de salud mental que se han evidenciado como consecuencia de la pandemia. 
Debe tenerse en cuenta también que la circulación del virus facilitada por las cohortes de población sin vacunar, como son los niños, podría promover la selección de variantes para las que las actuales vacunas pudieran ser menos eficaces. Y, además, no sería justo privar a la población infantil del beneficio que aporta la vacunación, del que ya gozan los mayores de 12 años (aunque los objetivos en términos de salud sean diferentes).
La vacunación de la COVID-19 debe priorizarse siempre en los adultos y en las poblaciones de mayor riesgo. La vacunación de los niños debe evaluarse en función de la situación epidemiológica y también buscando contribuir al control de la infección en la comunidad. La vacunación infantil puede servir como protección no solo individual, sino, también, de las personas vulnerables del entorno de los niños.
Por tanto estamos de acuerdo con la decisión que tomaron el Ministerio de Sanidad y las CC. AA., haciendo en cualquier caso un estrecho seguimiento del impacto que esta medida vaya teniendo tanto en los vacunados como en la comunidad en su conjunto. 

Comité Asesor de Vacunas de la AEP