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Mala ciencia contra la vacuna del papiloma (parte 3)

07 junio 2018
Fuente: 
Elaboración propia a partir de varias fuentes.

Mala ciencia contra la vacuna del VPH, parte 3

Ejemplo de mala ciencia: un estudio sueco anónimo afirma que la vacuna del virus del papiloma humano (VPH) puede causar cáncer de cérvix en las mujeres vacunadas previamente, expuestas al VPH.

Andersson L. Increased incidence of cervical cancer in Sweden: Possible link with HPV vaccination. Indian J Med Ethics. 2018.online first april 30, 2018.

El estudio ha sido publicado, el pasado 30 de abril, en el Indian Journal of Medical Ethics. El autor, Lars Andersson, según la publicación original, pertenecería al Departamento de Fisiología y Farmacología del Karolinska Institutet. Sin embargo, tras una investigación periodística, se ha sabido que el autor y su filiación profesional son falsos, lo cual después ha sido confirmado por el propio Karolinska Institutet, que reconoce que dicho autor no pertenece ni ha pertenecido a dicha institución.

La revista Indian Journal of Medical Ethics ha mostrado su “decepción” por lo ocurrido, dice haber comprobado la verdadera identidad del autor (del que no se ha dado a conocer ningún dato) y que inicialmente aceptó las explicaciones del mismo (“temor por posibles represalias si desvelaba su verdadera identidad”), tras ser descubierta su mentira, por lo que su decisión inicial fue mantener vivo el artículo, ya que estimaba que los datos mostrados tienen interés público.

Finalmente, hace pocos días, el 26 de mayo, rectifica su decisión inicial y se ha retractado de su publicación. La razón principal es que ve exigible una tolerancia cero al engaño del autor y dicen también:

“As editors, we are wary of the extreme ideological divide that views discussions on vaccines as either “pro” or “anti”. In low and middle-income countries like India, where early HPV infection and incidence of carcinoma cervix are relatively high, scientific discussion and resolution of issues concerning the HPV vaccine is critical, for women receiving it, and for policy making on its introduction in the universal immunisation programme. We hope that the hypothesis of possible harm of vaccinating women previously exposed to HPV is carefully explored in future studies”.

Pero, ¿qué dice el artículo del falso Lars Andersson? Dice que en 2014-2015 se registró un incremento de la incidencia de cáncer de cérvix en las mujeres suecas y que esto podría estar relacionado con la vacunación frente al VPH. También expone lo que dice, que son explicaciones a dichos hallazgos que encuentra biológicamente plausible.

El texto, en realidad, es solo un conjunto de comentarios, pues solo expone elucubraciones personales sobre el tema, el autor no ha llevado a cabo ninguna investigación, ni siquiera una búsqueda bibliográfica reglada, aparte de un titular inapropiado. Es un completo disparate ético y científico:

  • Parte de la base de datos de salud oficial de Suecia. Destaca que, entre 2005 y 2015, la incidencia de cáncer de cérvix, globalmente, creció de 9,71 a 11,49/100·000 y que el incremento es especialmente significativo en el subgrupo de mujeres de 20-49 años.
  • Refiere que la vacunación frente al VPH comenzó en 2006 y que en 2010 se vacunaron un 80 % de las niñas de 12 años y un 59 % de las de 13-18 años, además de un porcentaje desconocido de las de mayor edad.
  • Por tanto, las mujeres vacunadas de mayor edad en 2015, cuando se constata el incremento del cáncer, tenían alrededor de 23 años de edad. Sin embargo, encuentra verosímil que la vacunación de esta fracción de las mujeres de 20-49 años, explique el incremento de la patología en todo el conjunto. Todo ello, sin ninguna información sobre el estatus vacunal de los casos de cáncer.
  • Explica que la probable razón de ello es que la vacuna desencadena o facilita la reactivación del VPH presente antes de la vacunación frente al mismo. Dice que los VPH se transmiten por distintas vías, además de la sexual, y que a los 12 años muchas niñas ya se han expuesto al virus de esas otras formas, que el virus queda latente y que la vacuna lo reactivaría, pero tanto a virus vacunales como otros ajenos a la vacuna. Y todo ello, porque sí, sin más.

Sin embargo, para explicar el incremento de casos de cáncer en los años 2014-2015, al autor no le parece relevante que los programas de cribado del cáncer genital se han extendido y mejorado en su sensibilidad en los últimos años, que es precísamente la población de 20-49 años la población diana de dichos programas, y que la gran mayoría de las mujeres de este rango de edad nunca han sido vacunadas. Y todo, por la misma razón, porque sí, sin aportar pruebas.

Llama la atención como un texto sin ningún valor científico, en realidad una filfa de un autor o autores, de filiación e intereses desconocidos, haya sido aceptado en una publicación científica (que, por cierto, ha llamado la atención por el rápido incremento de su difusión en los últimos años) y que dicho texto haya alcanzado tanta difusión e impacto, precísamente a través de las redes sociales relacionadas con los intereses antivacunación (como pone de manifiesto, Brian Deer, el periodista que destapó el inmenso fraude de Wakefield). En España, su difusión también ha sido impulsada por intereses antivacunación disfrazados de profesionales enfrascados en cruzadas de irracionalidad contra algunas vacunas.

Sea quien sea quien se enconde tras el seudónimo de "Lars Andersson", no es la primera vez que engaña a una publicación científica, mencionando su filiación falsa al Karoliska Institutet:

  • En 2017 escribió una breve carta criticando algunos aspectos de un estudio publicado en Vaccine (Vaccine. 2017;35:4203-12). Esta carta recibió, a su vez, la réplica de los autores del artículo criticado.
  • También en 2017 escribió otra carta a la revista Journal of Internal Medicine en la que sugería la relación causal entre una vacuna antigripal y la diabetes mellitus tipo 1 (J Inter Med. 2017;281:99-101).

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Más información:


Nota: imagen adjunta tomada de Daniel Tubau en "Los charlatanes, según Plutarco".