Escasez de vacunas de tosferina y su impacto en los calendarios vacunales
Recientemente, el European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC) ha publicado un informe en el que llama la atención sobre el hecho de que la escasez de vacunas con tosferina, que afecta a numerosos países europeos, obliga a realizar adaptaciones temporales de los calendarios vacunales infantiles con el objetivo de priorizar los recursos a la necesidad de evitar los potenciales y dramáticos efectos sobre las formas graves de tosferina en los lactantes más pequeños (menores de 6 meses de edad).
En lo que a la tosferina se refiere, el objetivo de los programas actuales de vacunación no es la eliminación de la enfermedad (objetivo que se presume inalcanzable con la vacuna actual), sino evitar las formas graves que acontecen en los menores de 6 meses de edad. Para ello, se estudian distintas estrategias:
- Incrementar la protección directa, comenzando la vacunación tan pronto como sea posible (6-8 semanas de edad).
- Mejorar la inmunización de aquellos que con mayor probabilidad infectan a los lactantes pequeños.
- Vacunar a las embarazadas, buscando sincronizar la producción de anticuerpos en estas con las semanas de máximo flujo transplacentario.
La mayoría de los países europeos aplican esquemas 3+1 (3 dosis de primovacunación en el primer año y un refuerzo en el segundo o más adelante) o 2+1 (2 dosis a partir de las 6-8 semanas de edad y un refuerzo alrededor del año de edad).
La escasez de vacunas de tosferina está causada, según se cree, por dificultades en la producción de los antígenos de tosferina que forman parte de las vacunas combinadas y por el incremento, a nivel mundial, de la demanda de estas vacunas. En Europa, la llegada de muchos miles de personas desde el suroeste asiático, como consecuencia de los conflictos bélicos o de la pobreza de sus países, y la necesidad de atenderles en el terreno de la salud pública, incrementa las dificultades a abordar.
El documento citado detalla el impacto y las medidas tomadas hasta el momento por los países europeos, para paliar los efectos de la escasez de estas vacunas en los programas de inmunización infantiles.
Debe destacarse que, como la inmunización frente al Haemophilus influenzae tipo b (Hib) va inevitablemente asociada a la de la tosferina, a través de las vacunas combinadas penta o hexavalentes, un eventual deterioro de los esquemas de primovacunación en el primer año de vida tendría un efecto potencialmente dramático sobre la incidencia de la enfermedad invasora por Hib en los lactantes pequeños.
Según el ECDC, ante la situación actual, las opciones posibles a considerar son:
- En los 2 primeros años de vida, emplear esquemas 2+1 en los que la dosis de refuerzo se administre alrededor de los 12 meses de edad, en vez de las pautas actuales 3+1.
- Uso de productos alternativos a las vacunas hexa y pentavalentes: vacunas DTPa, DTPa-IPV, Tdpa-IPV y vacunas monocomponente de HB, IPV y Hib.
- Demora o suspensión temporal de las dosis con DTPa o Tdpa del niño escolar y adolescente, y el uso de las vacunas Td en adultos.
- La vacunación de las gestantes con Tdpa.
El objetivo principal, señalado antes, indica que debe priorizarse la inmunización en el 1er año de edad y la de las embarazadas.
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Ver la noticia en el ECDC: "Shortage of acellular pertussis-containing vaccines affecting some EU/EEA countries: Options for response"