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Parotiditis en España, 1998-2014

21 agosto 2017
Fuente: 
López-Perea N, et al. Vaccine. 2017;35:4339-45

La vacunación contra la parotiditis se introdujo en España en 1981, formando parte de la vacuna triple vírica (sarampión, rubeola y parotiditis). Desde entonces:

  • Se ha utilizado la vacuna preparada a partir de la cepa Jeryl-Lynn (o la cepa RIT 4385 derivada de la anterior), excepto en el periodo de 1992-1999 en el que, en muchas comunidades, se utilizó también la cepa Rubini, finalmente retirada por su deficiente efectividad. La cepa Urabe se suspendió en 1992 por sus efectos adversos.
  • La primera dosis se ha administrado a los 15 meses de edad hasta 2011, después a los 12 meses.
  • La segunda dosis se instauró en 1995, inicialmente a los 11-13 años de edad; en 1999 se trasladó a los 3-6 años y en 2012 a los 3-4 años.

Noemí López-Perea y cols. han publicado en Vaccine un análisis de la evolución de la parotiditis en España, de 1998 a 2014. En este tiempo se identificaron tres ondas epidémicas: 1998-2003, 2004-2009 y 2010-2014. La incidencia global de casos se mantuvo estable (12,5 casos/100 000 en 1998-2003 a 10,2 y 14,7 en los siguientes periodos, respectivamente), a pesar de las altas tasas de vacunación mantenidas (hechos similares se han notificado también en otras partes del mundo).

Se ha constatado una reducción sostenida de la incidencia de la enfermedad en la edad infantil (menores de 9 años de edad), se ha mantenido en los niños de 10-14 años y, por el contrario, se ha registrado un incremento en los adolescentes y adultos jóvenes (a partir de los 15 años de edad), que probablemente corresponda a los nacidos en los años iniciales con menor cobertura vacunal y a los vacunados cuando se usó la cepa Rubini), aunque aún con la cepa Jeryl-Lynn se mantienen un número de casos relevante de forma continuada.

Al mismo tiempo, se ha comprobado una reducción notable de las hospitalizaciones y las complicaciones neurológicas relacionadas con la infección por el virus de la parotiditis (globalmente y en todas las edades, excepto en el grupo de 25-34 años de edad).

A pesar de la baja efectividad del componente antiparotiditis usado en la vacuna triple vírica, está siendo crucial para la reducción de las formas graves de la enfermedad, concluyen los autores, quienes acaban recomendando mantener las coberturas vacunales elevadas y considerar la vacunación de cohortes susceptibles en caso de brote.

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