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Las vacunas y los avances en supervivencia infantil en los últimos 50 años: a propósito del PAI

27 mayo 2024
Fuente: 
Elaboración propia a partir de diversas fuentes

 

Contenido
● Introducción [ver].
● Hitos clave en la mejora del acceso global a las vacunas [ver].
● PAI, Programa Ampliado de Inmunización [ver].
● Impacto del PAI en la supervivencia infantil [ver].
● A pesar de los avances quedan muchas tareas pendientes [ver].
● Más información en esta web, referencias bibliográficas y enlaces recomendados [ver].
En pocas palabras
● En el mes de mayo de 2024 se cumplen 50 años de la puesta en marcha del PAI o Programa Ampliado de Inmunizaciones (en inglés: EPI, Expanded Programme on Immunization) por parte de la OMS en 1974.
● En las últimas décadas el panorama de la salud y supervivencia infantil ha dado un salto extraordinario. Esto es consecuencia de numerosos cambios sociales y avances científicos, y, sin duda, uno de los más importantes ha sido el acceso creciente a las vacunaciones. El PAI ha contribuido sustancialmente a ello.
● En su origen, el PAI incluía las enfermedades que más muertes causaban y contaban con vacunas eficaces: difteria, tosferina, tétanos, sarampión, poliomielitis, tuberculosis y viruela.
● Ahora el PAI se denomina Programa Esencial de Inmunización, y recomienda un paquete mínimo de 13 vacunas para todos los países (además de las citadas antes -excepto la viruela-): hepatitis B, Hib, neumococo, rotavirus, rubeola, VPH y covid para adultos. Otras 17 vacunas avaladas por la OMS son específicas de una región o contexto, como, por ej., las de la fiebre amarilla, el cólera y el paludismo/malaria.
● El PAI ha sido un motor clave de los avances en la supervivencia infantil durante el último medio siglo. Al inicio del PAI solo el 5 % de los niños recibían las vacunaciones de la difteria, tétanos, tosferina y poliomielitis del primer año. Ahora, al menos el 89 % de los niños, a nivel global, reciben la primera dosis de estas vacunas en el primer año.
● Según un estudio reciente, en estos 50 últimos años las vacunaciones habrían logrado evitar más de 154 millones de muertes prematuras, y la mayoría de ellas, 101 millones, en niños menores de un año de edad.
● Lo logrado es mucho, pero hay retos pendientes. Unos de ellos es la recuperación de los efectos de la pandemia de COVID-19, que interrumpió los programas nacionales de inmunización en muchos países. Otro es el de superar las barreras que determinan la inequidad, las diferencias injustificadas en el acceso a las mejores vacunas para todos los niños de cualquier rincón del planeta.

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Introducción

En este mes de mayo se cumplen 50 años de la puesta en marcha del PAI o Programa Ampliado de Inmunizaciones (en inglés: EPI, Expanded Programme on Immunization) por parte de la OMS en 1974. Merece la pena recordar el impacto que ha tenido sobre la salud y la supervivencia infantil en el mundo. En esta nota se hace un breve repaso histórico y se añaden algunos comentarios sobre este hecho, así mismo histórico.

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Hitos clave en la mejora del acceso global a las vacunas

Se ha escrito mucho sobre el extraordinario salto en la salud y la supervivencia infantil en las últimas décadas. Esto es consecuencia del efecto de numerosos factores sociales y científicos. Sin duda, uno de los más importantes ha sido el acceso creciente a las vacunaciones.

A pesar de ello, es importante el número de niños que, a nivel global, no reciben las vacunaciones que les corresponde y en el momento (edad) óptima. Otro de los aspectos que necesitan mayor atención es el de la equidad en el acceso a los cuidados de salud (vacunaciones entre ellos) en ciertas regiones del mundo, especialmente -aunque no solo- en el continente africano.

Los avances en el desarrollo y acceso a las vacunas han sido extraordinarios en los últimos 50 años. La contribución de la iniciativa tomada por la OMS en 1974, en la que se han implicado los países y numerosas entidades públicas y privadas, ha sido crucial. En la figura adjunta se muestra una enumeración de algunos de los hitos más relevantes que han contribuido a la mejora del acceso global a las vacunaciones (Shattock AJ, Lancet 2024).

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PAI, Programa Ampliado de Inmunización

El 23 de mayo de 1974, en la 27.ª Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra (Suiza), las delegaciones aprobaron una resolución -el Programa ampliado de inmunización (PAI)-, de apenas una página, que podría parecer de menor importancia dada su brevedad. Pero en su interior había una petición revolucionaria que transformaría la salud mundial y marcaría el comienzo de logros históricos en materia de salud pública:

  • "Teniendo en cuenta la inmensa contribución que ha aportado la inmunización, en los países donde ha sido aplicada eficazmente …".
  • "Recomienda a los Estados Miembros que establezcan o mantengan programas de inmunización y vigilancia contra todas o algunas de las siguientes enfermedades: difteria, tosferina, tétanos, sarampión, poliomielitis, tuberculosis, viruela y, si procede, otras afecciones en función de la situación epidemiológica de sus países respectivos".

Las enfermedades incluidas eran las que enfermaban y mataban a más niños en aquel entonces, a pesar de que existían vacunas para ellas. La resolución, dirigiéndose al entonces Director General de la OMS, Halfdan Mahler, pedía que éste intensificara las actividades “en todos los niveles de la Organización" para ayudar a los países con esta tarea. Y así nació el Programa Ampliado de Inmunización (PAI) de la OMS (Samarasekera U, Lancet 2024). 

Ahora, 50 años después, el PAI se denomina Programa Esencial de Inmunización, y recomienda un paquete mínimo de 13 vacunas para todos los países (además de las citadas antes -excepto la viruela-): hepatitis B, Hib, neumococo, rotavirus, rubeola, VPH y covid para adultos. Otras 17 vacunas apoyadas por la OMS son específicas de una región o contexto, como, por ej., las de la fiebre amarilla, el cólera y el paludismo/malaria. 

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Impacto del PAI en la supervivencia infantil

El PAI ha sido un motor clave de los avances en la supervivencia infantil durante el último medio siglo. No solo contribuyó de forma especial en la erradicación de la viruela en 1980, sino que también otra enfermedad -la poliomielitis- está cerca de la erradicación y ha motivado, junto con otros factores relativos a la salubridad de las condiciones de vida cotidiana, la caída, hasta casi cero en algunos casos, de la incidencia de todas las enfermedades susceptibles de vacunación.

Al inicio del PAI solo el 5 % de los niños recibían las vacunaciones de la difteria, tétanos, tosferina y poliomielitis del primer año (Keja K, World Health Stat Q 1988); eran los niños de los países y los grupos de población con elevados ingresos y, generalmente, a través del mercado privado. Ahora, al menos el 89 % de los niños, a nivel global, reciben la primera dosis de estas vacunas en el primer año, aunque persisten las diferencias y un nivel menor de protección en regiones y países con menor índice IDH y en los que sufren conflictos armados. En el camino destacan las contribuciones de UNICEF, Gavi, GPEI y tantas otras entidades (ver figura adjunta)

Según un estudio reciente, en estos 50 últimos años las vacunaciones habrían logrado evitar más de 154 millones de muertes prematuras, y la mayoría de ellas, 101 millones, en niños menores de un año de edad (Shattock AJ, Lancet 2024; CAV-AEP, 29/abril 2024). Según los datos analizados, la vacunación del sarampión representa al menos el 60 % del monto total de muertes evitadas (ver figura adjunta).

Este y otros estudios dejan aparte la estimación de los casos graves y las hospitalizaciones evitadas por las vacunaciones (es obvia la dificultad de este tipo de estimaciones). Pero, los beneficios económicos y sociales asociados a estos casos evitados sería virtualmente extraordinario (Wahl B, Lancet 2024). 

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A pesar de los avances quedan muchas tareas pendientes

Lo logrado es mucho, pero hay retos pendientes. Unos de ellos es la recuperación de los efectos de la pandemia de COVID-19, que interrumpió los programas nacionales de inmunización en muchos países, lo que provocó que 67 millones de niños en todo el mundo quedaran sin una o más vacunas. Como resultado, desde 2023 los brotes de enfermedades prevenibles mediante vacunas se han extendido a nivel regional e incluso, algunas, a nivel mundial.

La recuperación de estas vacunaciones perdidas es un muy difícil reto, pues estos niños tienen uno o varios años más que la edad de vacunación y los programas de inmunización de la mayoría de los países más afectados no contemplan actividades (con sus correspondientes recursos financieros y de personal y logística) estables de rescate de vacunaciones perdidas (OMS, The Big Catch-Up, jul/2023).

Otro es el de superar las barreras que determinan la inequidad, las diferencias injustificadas en el acceso a las mejores vacunas para todos los niños de cualquier rincón del planeta.

Se espera que ciertas mejoras impulsen los programas de inmunización: mejores planes de respuesta a los brotes, financiación estable, nuevas vacunas, nuevas formas de administración de las vacunas (parches cutáneos, por ej.), vacunas con menor termosensibilidad y que permitan pautas de una sola dosis. Junto con ello, el acceso al desarrollo tecnológico y de la capacidad de producción local de vacunas para las regiones con menos recursos actualmente. Estas son algunas de las claves de los planes futuros de ampliación y extensión de las inmunizaciones.

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Más información en esta web

Referencias bibliográficas y enlaces recomendados