Las vacunaciones entre las prioridades de la OMS para la próxima década
Con el inicio del año, la OMS renueva la lista de prioridades en salud que precisan atención urgente. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, ha manifestado la profunda preocupación de la entidad porque no se están invirtiendo suficientes recursos en las prioridades y en reforzar los sistemas de salud básicos.
En relación con esto, el Dr. Ghebreyesus ha dicho: “Tenemos que darnos cuenta de que la salud es una inversión en el futuro. Los países invierten mucho en proteger a su gente de los ataques terroristas, pero no en contra del ataque de un virus, que podría ser mucho más mortal y mucho más dañino económica y socialmente. Una pandemia podría poner de rodillas a economías y naciones. Es por eso que la seguridad de la salud no puede ser un asunto solo de los ministerios de salud”.
Está cercana la evaluación de los avances en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) definidos por la ONU en 2015 con la mirada puesta en 2030. La década que ahora comienza (2020-2029), debe ser la “década de la acción”, ya que si no es así, si no se logra dar un empuje significativo, muchos de los objetivos no se cumplirán. Según la OMS, no hay atajos para hacer un mundo más saludable y justo, y no hacer nada o no hacer lo necesario tendrá un coste extraordinario.
Prácticamente todos, los 17 ODS, involucran a los niños, los adolescentes y la salud materna.
Prioridades en salud que precisan atención urgente
Si el pasado año, la OMS ponía el acento en la reticencia vacunal, ahora amplía el foco y señala que las vacunaciones son parte crucial de varias de las prioridades señaladas:
- Mejorar y ampliar el acceso a los medicamentos, vacunas, herramientas de diagnóstico y otros productos sanitarios básicos. Estos, en conjunto, son el segundo mayor capítulo de gasto para la mayoría de los sistemas de salud (después de los profesionales) y el mayor componente del gasto sanitario privado en los países de ingresos bajos y medianos.
- Detener el avance de las enfermedades infecciosas. Enfermedades infecciosas como el VIH, la tuberculosis, la hepatitis viral, el paludismo, las enfermedades tropicales desatendidas y las infecciones de transmisión sexual acabarán con unos 4 millones de personas en 2020, la mayoría de ellas pobres. Mientras tanto, las enfermedades prevenibles mediante vacunas siguen matando, como el sarampión, que se llevó 140·000 vidas en 2019, muchas de ellas niños. Aunque la poliomielitis ha estado al borde de la erradicación, el año pasado se han producido 156 casos de poliovirus salvajes, una cifra record desde 2014. Las causas fundamentales son los niveles insuficientes de financiación y la debilidad de los sistemas de salud en los países endémicos, junto con la falta de compromiso de los países ricos.
- Preparación para afrontar epidemias. Cada año, el mundo pasa mucho más tiempo respondiendo a brotes de enfermedades, desastres naturales y otras emergencias sanitarias de lo que lo hace preparándose y previniendolas. Una pandemia de un nuevo virus altamente infeccioso -probablemente una cepa de gripe- ante el que la mayoría de la gente carece de inmunidad es inevitable. Mientras tanto, las enfermedades transmitidas por vectores como el dengue, el paludismo, el zika, el chikunguña y la fiebre amarilla se están extendiendo a medida que las poblaciones de mosquitos se trasladan a nuevas áreas, impulsadas por el cambio climático.
- Ganar confianza en los sistemas de salud, pues es la clave para lograr la adherencia a las recomendaciones de los profesionales y los servicios de salud pública respecto a las vacunaciones, entre otros ámbitos. La desinformación, le erosión de la confianza de las instituciones públicas y los movimientos antivacunas ponen en peligro los objetivos de salud pública.
Las demás prioridades según la OMS, son:
- Agua, saneamiento e higiene en los centros sanitarios, pues uno de cada cuatro carecen de estos servicios básicos, elementos imprescindibles para proporcionar cuidados de calidad y evitar daños añadidos en las personas que los visitan.
- Elevar el nivel del debate sobre la crisis climática, partiendo del hecho de que ya hoy son millones las vidas perdidas cada año por la contaminación ambiental y de la atmósfera, y extraordinarios los peligros que habrá que enfrentar.
- Proporcionar cuidados de salud en zonas de conflictos, pues es precísamente en estas regiones donde se plantea la necesidad de intervención ante emergencias de salud, y donde los equipos de salud actúan en un entorno de gran inseguridad y peligro real.
- Hacer los servicios de salud más justos, pues las persistentes y crecientes brechas socioeconómicas dan lugar a importantes déficits en la calidad de la atención recibida por muchas personas. No sólo hay una diferencia de 18 años en la esperanza de vida entre los países ricos y los pobres, sino también una marcada brecha dentro de los países e incluso dentro de las ciudades. Mientras tanto, el aumento mundial de las enfermedades no transmisibles, como el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes, tiene una carga desproporcionadamente grande en los países de ingresos bajos y medianos y puede agotar rápidamente los recursos de los hogares más pobres.
- Proteger a las personas de productos peligrosos, con alimentos seguros y evitando la exposición al tabaco y al vapeo.
- Invertir en las personas que promueven y cuidan la salud, en los sistemas educativos y de salud.
- Mejorar la seguridad de los adolescentes. Más de 1 millón de adolescentes de entre 10 y 19 años, mueren cada año. Las principales causas de muerte en este grupo de edad son llos accidentes de tráfico, el VIH, suicidio, infecciones de las vías respiratorias inferiores y violencia interpersonal. El consumo de alcohol, tabaco y drogas, la falta de actividad física, el sexo sin protección y la exposición previa al maltrato infantil aumentan los riesgos de estas causas de muerte.
- Ampliar la disponibilidad y aprovechar las ventajas que ofrecen las tecnologías.
- Proteger a los medicamentos de los peligros que comprometen su efectividad, como la resistencia a los antibióticos.
El orden mostrado no señala ningún tipo de jerarquización de la importancia de las propuestas de acción, todas son igualmente importantes y urgentes, según manifiesta la OMS.
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