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Los errores de vacunación son evitables, por lo que identificarlos es importante

31 mayo 2020
Fuente: 
Elaboración propia a partir de varias fuentes

Diversos factores pueden interferir -reducir- el impacto esperado de los programas de vacunación. Dos de ellos son los errores de vacunación y las demoras injustificadas respecto a la edad idónea prevista en los calendarios vacunales. La importancia de la identificación y análisis de estos eventos es que la gran mayoría de ellos son evitables. Se comentan brevemente dos recientes artículos que ilustran estas cuestiones:

Errores de vacunación

Los errores de vacunación tienen el doble potencial de reducir la efectividad de los programas de vacunación a nivel individual y poblacional, y el de causar efectos adversos en la persona implicada.

El trabajo comentado (Vaccine. 2020;38(7):1623-9) es una revisión sistemática (RS) de 17 estudios extraídos de un total de 1310 preseleccionados del periodo de 2009 a 2018, y que son: 9 de ellos, estudios poscomercialización de nuevas vacunas en EE. UU.; 3 son análisis retrospectivos de sistemas de farmacovigilancia públicos en Brasil, Canadá y Reino Unido; 2 corresponden a intervenciones para reducir la incidencia de los errores de vacunación en EE.·UU.; otros 2 son análisis de errores en entornos concretos, en EE. UU.; y uno más es un análisis restrospectivo de una campaña de vacunación masiva en Taiwán.

Prevalencia

  • Los estudios incluidos en la RS suman un total de 24·263 errores analizados, sobre más de 210 millones de dosis administradas.
  • La prevalencia acumulada fue de 1,15 errores por cada 10·000 dosis vacunales administradas (rango: 0,005 a 141,69/10·000 vacunas).

Errores usuales

Dos son los errores más frecuentes (ver imagen adjunta): 

  • Administrar una vacuna equivocada (dosis o vacuna equivocada y vacuna inadecuada a la edad del vacunado): 81,76 %.
  • Administrar una vacuna fuera de la pauta temporal establecida (demasiado pronto o demasiado tarde): 14,71 %.

Todos los demás tipos de errores representan menos del 2 % del total.

Solo 9 estudios exploran la aparición y gravedad de daños tras la vacunación, aunque no informan de la posible relación causal entre las vacunas y los daños posteriores notificados. De un total de 1133 casos, hubo una muerte, dos episodios de anafilaxia, 64 de síntomas o signos de menor importancia, y ningún efecto detectado en los 1066 restantes.

Un estudio previo (J Pediatr. 2018;193:164-71) encontró que sobre un total de casi 3,4 millones de vacunas administradas, un 0,7 % fueron administradas demasiado tarde y y 0,1 % demasiado pronto, y destacó que muchos de estos eventos conllevan un coste añadido, pues exigen una revacunación correctora. Otro estudio anterior (Vaccine. 2015;33(32):3873-80) encontró que casi un 60 % de los errores lo constituyen la administración de un número de dosis erróneo, en un momento no adecuado o de una vacuna equivocada. También explora los factores asociados a un mayor riesgo de error vacunal (ver tabla adjunta).

Demoras y omisiones de vacunaciones

En el segundo estudio citado al comienzo (Pediatrics. 2020;145(3):e20190783) estudian el impacto de la demora de alguna vacunación, causado muchas veces por las dudas y el miedo a la administración de varias vacunas en la misma visita, fenómeno extendido entre familias y profesionales. Para ello, clasifica a los lactantes de 0-18 meses estudiados en tres grupos según su adherencia a la pauta temporal marcada por el ACIP: los que habían seguido el calendario previsto con todas las vacunas, los que habían limitado el número de inyecciones en cada visita o habían demorado u omitido alguna vacuna concreta y los que habían seguido otras pautas distintas y sin un patrón determinado: 

  • En el primer grupo (todas las vacunas cuando corresponden): 62,8 %. Pauta restrictiva/selectiva: 22,7 %. Y pautas distintas sin parón: 14,5 %. Es decir que, uno de cada tres lactantes no sigue la pauta temporal prevista con demora u omisión de algunas vacunas. 
  • También comprueba que solo el 57,5 % de los niños estadounidenses pueden considerarse correctamente vacunados a los 19-35 meses de edad. 
  • Además, encuentran una relación entre ambas variables: los niños que no han seguido la pauta temporal del ACIP antes de los 18 meses de edad, tienen más probabilidades de estar, al final, incorrectamente vacunados, si bien este hallazgo parece estar influenciado o mediado por condicionantes sociales (como los cambios frecuentes de residencia, vivir en el norte del país, familias de negros no hispanos e ingresos económicos por debajo del umbral de pobreza).

La demora de vacunaciones puede ser una manifestación de dudas y reticencia vacunal, y suele incidir en edades de máxima vulnerabilidad (Hum Vaccin Immunother. 2018;14(4):868-74).

Los errores de vacunación son relativamente frecuentes, pero evitables en su mayoría

En conjunto, los errores de vacunación, incluyendo entre ellos la demora temporal, y la omisión de algunas vacunas son relativamente frecuentes. Las cifras de errores de vacunación mostradas probablemente son solo una parte de los errores reales, afectados por una presunta notable infranotificación, debido, en parte, a una limitada cultura de la seguridad y la transparencia en los sistemas sanitarios, a la creencia de que tienen escasa importancia y a que la inmensa mayoría de los errores no conllevan daños directos a la persona afectada. 

Las causas de los errores de vacunación en muchas ocasiones no son únicas, sino que resultan de la convergencia o acumulación de distintas circunstancias favorecedoras. Por lo tanto, la identificación y análisis de cada evento proporcionan buenas oportunidades de mejora (BMJ. 2000;320(7237):768-70). Esto es competencia de los propios profesionales y, sobre todo, de las instituciones y sus responsables.

Estos eventos son susceptibles de ser evitados mediante intervenciones de formación sobre la propia población y los profesionales implicados, y de mejora de los medios disponibles y de los procedimientos utilizados en las instituciones (ver tabla adjunta). 

Aunque hay pocos estudios sobre el impacto de los errores de vacunación sobre la efectividad de los programas de vacunación, se estima que podría ser relevante, sobre todo en sistemas sanitarios debilitados en los que concurren otras brechas y limitaciones cuyos efectos se acumulan.

Globalmente debe considerarse, no obstante, que el impacto sobre la efectividad de los programas de vacunación, y por tanto, el foco y la prioridad debe situarse sobre la omisión o demora de las vacunaciones, como principal error. Y esto, ahora, en plena pandemia de la COVID-19, que ha ocasionado una importante pérdida de vacunaciones, es más importante. 

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