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Aumento de infecciones de transmisión sexual en adolescentes: un desafío urgente

29 mayo 2025
Fuente: 
Anales de Pediatría

En pocas palabras
  • Las infecciones de transmisión sexual (ITS) están aumentando de manera preocupante en la población adolescente, convirtiéndose en un desafío urgente para la salud pública.
  • Según un reciente artículo publicado en la revista Anales de Pediatría -y en el que nuestra compañera, la Dra. Marisa Navarro es una de las autoras- los casos de ITS han experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, lo que pone en evidencia la vulnerabilidad de este grupo poblacional y la necesidad de estrategias de prevención más eficaces.
  • Es fundamental que los gobiernos, las instituciones de salud y la sociedad trabajen en conjunto para proteger la salud de las nuevas generaciones y garantizar que reciban la información y herramientas necesarias para tomar decisiones informadas sobre su bienestar sexual y reproductivo.

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El impacto del aumento de ITS en adolescentes

A diario se diagnostican más de un millón de nuevos casos de ITS en el mundo, y los adolescentes son uno de los grupos más afectados.

Entre las infecciones más comunes se encuentran la chlamydia, la gonorrea, el virus del papiloma humano (VPH), la sífilis y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Factores como el inicio temprano de las relaciones sexuales, la falta de información adecuada y el uso inconsistente de métodos de protección contribuyen a este incremento alarmante.

   

Vacunación: una herramienta clave en la prevención

Uno de los aspectos más destacados del artículo es el papel crucial que desempeñan las vacunas en la prevención de algunas ITS. La vacunación contra el VPH, por ejemplo, ha demostrado ser altamente efectiva en la reducción de casos de cáncer de cuello uterino y otras enfermedades relacionadas con este virus, como condilomas y verrugas genitales. La vacuna del VPH está recomendada e incluida en los calendarios de vacunación sistemáticos de nuestro país en preadolescentes de 10-12 años, tanto en chicas como en chicos. A pesar de su eficacia, las tasas de vacunación aún son insuficientes en muchos países, lo que limita su impacto en la contención de la enfermedad.

Asimismo, la vacuna del meningococo B (4CMenB), actualmente incorporada a los calendarios del adolescente por el CAV-AEP para prevenir la infección meningocócica, ha demostrado protección cruzada para la prevención de la infección gonocócica. 

Estrategias de prevención y concienciación

Los expertos insisten en la necesidad de implementar campañas educativas dirigidas a adolescentes, padres y profesionales de la salud. La educación sexual integral en los centros escolares es una herramienta clave para empoderar a los jóvenes con información veraz sobre salud sexual, promoviendo la toma de decisiones responsables y la prevención de ITS.

Además, la promoción del uso del preservativo es fundamental, ya que sigue siendo el método más accesible y efectivo para prevenir la mayoría de las ITS. Sin embargo, su uso entre adolescentes sigue siendo irregular debido a barreras socioculturales y la falta de acceso en algunos entornos.

El acceso a pruebas de detección temprana y tratamiento oportuno también es crucial para frenar la propagación de las ITS. Muchos adolescentes desconocen su estado de salud sexual debido al miedo al estigma o la falta de confidencialidad en los servicios médicos. Por ello, es imprescindible garantizar espacios de atención amigables para jóvenes, donde puedan recibir orientación y pruebas sin temor a ser juzgados.

Conclusión

El aumento de las infecciones de transmisión sexual en adolescentes es un problema que requiere atención inmediata. La combinación de estrategias de prevención, incluyendo la educación sexual, la promoción del uso del preservativo y el acceso a pruebas de detección, junto con la vacunación, se presenta como una solución efectiva para mitigar este preocupante fenómeno. 

Es fundamental que los gobiernos, las instituciones de salud y la sociedad trabajen en conjunto para proteger la salud de las nuevas generaciones y garantizar que reciban la información y herramientas necesarias para tomar decisiones informadas sobre su bienestar sexual y reproductivo.

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