Go to: Contenido » | Main menu » | Information menu »


Trump encarga a Robert F. Kennedy Jr. revisar la seguridad de las vacunas

12 enero 2017
Fuente: 
The Washington Post, American Academy of Pediatrics

The Washington Post, el pasado 10 de enero de 2017, informó de que Robert F. Kennedy Jr. había declarado haber recibido el encargo de Donald Trump, inminente presidente de los Estados Unidos, para dirigir una comisión federal con el objetivo de revisar la seguridad de las vacunas. Sin embargo, horas después, un portavoz del equipo del presidente electo reconoció que, aunque desearían revisar la cuestión de la relación del autismo y las vacunas, la decisión final no estaba tomada.

La American Academy of Pediatrics (AAP) respondió casi inmediatamente, recordando que “Vaccines are safe. Vaccines are effective. Vaccines save lives” y que cualquier atribución de causalidad de las vacunas sobre el autismo va contra el amplio y robusto cuerpo de conocimiento acumulado hasta el momento, y que demorar las vacunaciones recomendadas compromete la salud de la población.

Daniel Summers, pediatra norteamericano, ha escrito recientemente, en The Washington Post, que la elección de Robert F. Kennedy Jr. para dirigir una comisión federal sobre la seguridad de las vacunas constituye un serio revés al trabajo de los pediatras con sus pacientes (“just made pediatricians’ jobs a lot harder”).

Es un hecho que el presidente electo, Donald Trump, ha declarado en numerosas ocasiones que cree que las vacunas causan autismo. Ahora, parece pensar en Robert F. Kennedy Jr. para estudiar su "teoría" al respecto. Robert F. Kennedy Jr. declaró en 2014 que estaba convencido de que hay una conexión entre las vacunas y el autismo, pese a no contar con ninguna prueba de ello.

El periodo Trump que se inicia en EE. UU., a día de hoy está repleto de incertidumbres y dudas sobre si el desarrollo y uso de las vacunas sufrirán un retroceso y el seguro impacto sobre la salud infantil y la de toda la población (y no solo de la estadounidense), si así fuera.

Los pediatras no podemos dejar de destacar el extraordinario papel de las vacunas en la salud de la población y de exigir responsabilidad a todos los intervinientes en el diseño y gestión de los programas de vacunación, de modo que cualquier cuestionamiento de la seguridad de las vacunas se haga sobre la base de datos rigurosos, que permitan dirimir las incertidumbres con investigación transparente. Y hacemos nuestras las palabras de la AAP: las vacunas no causan autismo, las vacunas son seguras, las vacunas son efectivas, las vacunas salvan vidas. Y miedo nos dan las consecuencias de la erosión infundada de la confianza en las vacunas.