Todas en una: vacunación completa con un solo pinchazo
MIT News: One vaccine injection could carry many doses
¿Podrían todas las vacunas de la infancia entrar en un solo pinchazo?
En las últimas décadas hemos asistido a notables avances en el campo de la prevención mediante vacunas. La mayoría de estos adelantos han estado relacionados en conseguir más y mejores vacunas frente a distintas enfermedades.
Sin embargo, otros avances han estado relacionados con la administración simultánea de varios antígenos en una misma dosis, como sucede con las vacunas penta o hexavalentes o, más recientemente, con la búsqueda de nuevas vías de administración, como en el caso de la vacunación con parches de microagujas.
La importancia de todo ello no es baladí, sobre todo si tenemos en cuenta lo que supone, en términos de daño percibido, la administración de las inmunizaciones en la infancia: hexavalente (difteria, tétanos, tosferina, polio, Hib y hepatitis B) y neumococo a los 2, 4 y 11 meses; meningococo C a los 4, 12 meses y 12 años; meningococo B a los 2, 4, 6 y 12-15 meses; triple vírica (sarampión, rubeola, parotiditis) y varicela a los 12-15 meses y a los 2-4 años; Tdpa a los 6 y 14 años; virus de papiloma humano, 2 dosis a los 12 años (Fuente: calendario de vacunaciones sistemáticas de la AEP).
Por otra parte, los pasos adelante en la administración simultánea de las vacunas supone un beneficio indudable a la hora de facilitar y mantener coberturas vacunales adecuadas.
Las micropartículas, creadas con el nuevo método de fabricación tridimensional, podrían liberar fármacos o vacunas mucho tiempo después de ser inyectadas.
Los ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han desarrollado una tecnología que, eventualmente, podría conseguir que todas las vacunas de la infancia pudieran ser administradas en una sola inyección, con un nuevo método de fabricación tridimensional que permitiría, en una única aplicación, dosis múltiples de un fármaco o de una vacuna.
Esta solución one-shot (un solo pinchazo) almacena la vacuna en cápsulas microscópicas que liberarían la dosis inicial y luego se reforzaría liberando dosis ulteriores en momentos específicos.
Las nuevas micropartículas se asemejan a pequeñas tacitas de café que se pueden llenar con un fármaco o una vacuna y luego se sellan con una tapa. Las partículas están hechas de un polímero biocompatible, ya aprobado por la FDA estadounidense, que puede ser diseñado para degradarse en momentos específicos, derramando el contenido de la "taza".
Este método se ha demostrado que funciona en estudios con ratones y recientemente fue publicado en la revista Science. En un conjunto de experimentos se demostró que el contenido podría ser liberado exactamente a los 9, 20 y 41 días tras haber sido inyectado en ratones. Los mismos autores afirman que se han diseñado otras partículas que pueden permanecer inactivas cientos de días hasta liberar su contenido.
De este modo y por primera vez, se podría crear una biblioteca de diminutas partículas de vacuna encapsuladas, cada una programada para liberarse en un tiempo preciso y de forma predecible, de forma que la gente pueda recibir una inyección que tendría refuerzos múltiples, ya incorporados en ella. La idea es pues que las ráfagas cortas y las diferidas de la vacuna imitaran lo más posible a los programas de inmunización de rutina.
El enfoque de esta tecnología aún no ha sido probado en humanos, pero no cabe duda de que abre un sinfín de oportunidades de mejora en el campo de la administración de los fármacos y, en concreto, de las vacunas.
Estos hallazgos adquieren una singular dimensión, especialmente en los países en desarrollo: la diferencia entre no vacunarse y recibir todas las vacunas de una sola vez.
Los autores de este desarrollo recibieron recientemente el reconocimiento y un prestigioso premio en el mundo de la investigación.
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