El tétanos sigue estando ahí
El tétanos está causado por una neurotoxina producida por algunas cepas de Clostridium tetani, una bacteria Gram-positiva, anaerobia obligada y productora de esporas; estas están presentes en el suelo, en todo el mundo. La infección ocurre por contaminación directa de heridas, o indirecta a partir de instrumentos contaminados usados en, sobre todo, la atención a las mujeres y sus recién nacidos en el parto en regiones poco desarrolladas (Lancet. 2019;393:1657-68).
El tétanos afecta a un gran número de personas al año en el mundo (aunque no bien conocido por no contar con sistemas de vigilancia epidemiológica en muchos países), y causó 50-80·000 muertes en 2015, entre ellos unos 34·000 recién nacidos (WER. 2017;92(6):53-76).
En Europa se han notificado 49-167 casos cada año desde 2006 (incidencia estimada 0,01/100·000 hab.); dos de cada tres casos (65 %) ocurren en personas mayores de 65 años (WER. 2017;92(6):53-76).
En España se han notificado una media de 10 casos al año, desde 2009 a 2015, el 69,1 % de ellos mayores de 64 años de edad y casi todos en personas no/mal vacunadas.
El tétanos sigue ahí
El último número de The Lancet muestra una imagen típica de una enfermedad casi olvidada, el tétanos (Lancet. 2019;393:2331). En Japón, un hombre de 80 años se hizo una herida en la mano trabajando en su jardín, y 10 días después presentó rigidez del cuello, trismus y una expresión facial característica (“risa sardónica”), además de rigidez muscular en el abdomen y las extremidades. No había sido vacunado frente al tétanos y no se detectaron anticuerpos antitetánicos en su suero. Necesitó tratamiento con gammaglobulina y toxoide tetánico, metronidazol, limpieza quirúrgica de la herida de la mano y soporte respiratorio avanzado durante 3 semanas, tras lo cual se recuperó con la única secuela de rigidez en una mano.
Los costes de la decisión de no vacunar
Hace pocas semanas se dió a conocer el caso de un niño de 6 años, en EE. UU., no vacunado que se infectó a través de una herida accidental cuando jugaba en una granja (MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 2019;68:231-2); 6 días después presentó espasmos musculares en la zona mandibular y extremidades superiores, seguidas en pocas horas de opistótonos, espasticidad generalizada y dificultad respiratoria. Trasladado a un hospital necesitó más de 2 meses de ingreso hospitalario para recuperarse (47 días en cuidados intensivos, 40 días con soporte respiratorio avanzado, 54 días con traqueotomía, un mes de rehabilitación). Se estimó que el coste directo de la estancia hospitalaria de este caso superó los 800·000 dólares (a los que habría que añadir el transporte aéreo, la rehabilitación hospitalaria -1 mes- y la posterior). Un coste muy elevado para una enfermedad evitable casi al 100 % con una vacuna muy segura y eficaz.
Durante el tratamiento inicial, se le administró una dosis de vacuna Tdpa y se apunta el hecho extraordinariamente sorprendente de que la familia rechazó después continuar con la inmunización.
Control del tétanos
El control del tétanos se basa en la profilaxis preexposición (vacunación sistemática con 5 dosis de vacuna antitetánica, más un refuerzo a los 65 años de edad), posexposición tras heridas con riesgo de contaminación según el estatus vacunal previo y en la antisepsia y la adopción de medidas higiénicas en la atención perinatal.
Tétanos materno y neonatal
El tétanos materno (durante la gestación o en las seis semanas posteriores) y neonatal (en los primeros 28 días de vida) continúa siendo aún hoy un problema de salud pública de primer orden en algunas regiones del mundo muy pobladas.
En 1988 la OMS contabilizaba unos 800·000 neonatos fallecidos cada año, y se propuso el objetivo de eliminarlo en el mundo (definiendo la eliminación como menos de 1 caso por cada 1000 recién nacidos/año en un país, y en cada provincia o distrito del mismo). En 1999, eran 57 países los que mantenían pendiente este objetivo. Se estima que persiste una importante infranotificación del tétanos en algunos países (Lancet. 2007;370(9603):1947-59 y Lancet. 2015;385(9965):362-70). En 2018, eran 14 países los que aún no habían alcanzado el objetivo, la mayoría de ellos en Asia y África (OMS, 2018)..
El tétanos materno ocurre por contaminación en casos de aborto o durante el parto, mientras que la enfermedad en neonatos ocurre generalmente por contaminación del área del ombligo.
En 2017 el continente americano alcanzó el objetivo de verse libre de tétanos materno y neonatal, siendo Haití el último país en conseguirlo (de este lugar procede el recién nacido de la foto adjunta, que murió a los pocos días de nacer a causa del tétanos).
Evitar los casos de tétanos materno y neonatal es un objetivo alcanzable, y una exigencia ética para la comunidad internacional, mediante sencillas medidas como la vacunación materna y los cuidados sanitarios adecuados de las madres gestantes, durante y después del parto, y en los cuidados básicos de los recién nacidos.
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Más información:
- Tétanos y difteria en España, 15 de enero de 2018.
- Otras noticias anteriores sobre el tétanos en esta web.
- OMS, posicionamiento sobre el tétanos, 2017.
- Las vacunas del tétanos en el Manual de Vacunas en línea de la AEP.
- La profilaxis antitetánica en caso de heridas con riesgo de tétanos.