En octubre de 2012, Reino Unido decidió comenzar con un programa de vacunación sistemática frente a la tosferina en embarazadas durante el tercer trimestre de gestación. Esta estrategia está fundamentalmente destinada a controlar el importante aumento de casos en lactantes menores de 3-4 meses, que provocaba un alto número de hospitalizaciones y entre 10 y 15 fallecimientos al año.
Tras conseguir coberturas del 50-60 % con este programa en embarazadas, se consiguió una reducción espectacular de los casos que se han ido reportando en la web del Health Protection Agency (HPA) de Reino Unido.
Recientemente, han visto la luz las dos primeras publicaciones sobre los beneficios de esta estrategia en este país.
En el estudio observacional de Amirthalingam et al. (Lancet 2014), con un seguimiento de una base de datos de 26 684 mujeres durante un año (octubre 2012-septiembre 2013), en las que el 64 % se vacunaron en el tercer trimestre del embarazo, se calculó una efectividad vacunal del 91 % (IC95: 84-95 %), es decir, se pudieron prevenir el 91 % de los casos de tosferina en sus hijos, durante los primeros 3 meses de vida.
En el estudio de casos y controles de Dabrera et al. (Clin Infect Dis 2014) se observó una efectividad vacunal del 93 % para prevenir la tosferina en las primeras 8 semanas de vida, administrando la vacuna a las embarazadas en el tercer trimestre.
Estos datos se unen a los publicados hace unos meses sobre la seguridad de esta vacunación durante el embarazo. En un artículo aparecido en el pasado mes de mayo (JAMA 2014), se observó que no había diferencias, en cuanto a problemas durante el embarazo o en sus recién nacidos, cuando se comparaba a las mujeres vacunadas con las no vacunadas.
Por tanto, cada vez disponemos de más pruebas que aconsejan esta estrategia como la mejor para prevenir la peligrosa tosferina en los más pequeños, lección que ya se han aplicado las comunidades autónomas de Asturias y Cataluña, en nuestro país, y sopesan en el País Vasco su aplicación en 2015.
En octubre de 2012, Reino Unido decidió comenzar con un programa de vacunación sistemática frente a la tosferina en embarazadas durante el tercer trimestre de gestación. Esta estrategia está fundamentalmente destinada a controlar el importante aumento de casos en lactantes menores de 3-4 meses, que provocaba un alto número de hospitalizaciones y entre 10 y 15 fallecimientos al año.
Tras conseguir coberturas del 50-60 % con este programa en embarazadas, se consiguió una reducción espectacular de los casos que se han ido reportando en la web del Health Protection Agency (HPA) de Reino Unido.
Recientemente, han visto la luz las dos primeras publicaciones sobre los beneficios de esta estrategia en este país.
En el estudio observacional de Amirthalingam et al. (Lancet 2014), con un seguimiento de una base de datos de 26 684 mujeres durante un año (octubre 2012-septiembre 2013), en las que el 64 % se vacunaron en el tercer trimestre del embarazo, se calculó una efectividad vacunal del 91 % (IC95: 84-95 %), es decir, se pudieron prevenir el 91 % de los casos de tosferina en sus hijos, durante los primeros 3 meses de vida.
En el estudio de casos y controles de Dabrera et al. (Clin Infect Dis 2014) se observó una efectividad vacunal del 93 % para prevenir la tosferina en las primeras 8 semanas de vida, administrando la vacuna a las embarazadas en el tercer trimestre.
Estos datos se unen a los publicados hace unos meses sobre la seguridad de esta vacunación durante el embarazo. En un artículo aparecido en el pasado mes de mayo (JAMA 2014), se observó que no había diferencias, en cuanto a problemas durante el embarazo o en sus recién nacidos, cuando se comparaba a las mujeres vacunadas con las no vacunadas.
Por tanto, cada vez disponemos de más pruebas que aconsejan esta estrategia como la mejor para prevenir la peligrosa tosferina en los más pequeños, lección que ya se han aplicado las comunidades autónomas de Asturias y Cataluña, en nuestro país, y sopesan en el País Vasco su aplicación en 2015.