Homenaje al Dr. José García Sicilia: un legado imborrable en la pediatría
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El pasado 13 de marzo fue un día triste porque nos dejó el Dr. José (Pepe) García Sicilia y aunque no es fácil decir lo que Pepe fue para todos los pediatras y para las personas interesadas en el mundo de las vacunas le queremos hacer un último homenaje desde esta página web.
Fue una figura imprescindible en la pediatría, un líder incansable en la formación de nuevas generaciones de pediatras y un referente en la investigación en vacunas a nivel nacional e internacional. Su fallecimiento supone una gran pérdida para nuestra comunidad médica, para la Asociación Española de Pediatría, pero su legado perdurará en la historia de todos y, especialmente de la Sociedad de Pediatría de Madrid y Castilla-La Mancha (SPMyCM), de la que formó parte activa durante más de una década.
Nacido en 1945 en Madrid, estudió Medicina en la Universidad Complutense de Madrid, realizando su residencia en el Hospital de La Paz, centro al que permaneció vinculado a lo largo de toda su trayectoria profesional. Su compromiso con la prevención y la vacunación le llevó a participar activamente en múltiples foros, contribuyendo a la divulgación y al avance de la pediatría. Además, como secretario general de la Asociación Amigos del Hospital Infantil La Paz, promovió numerosas iniciativas en beneficio de los más pequeños y sus familias.
Desde la Asociación Española de Pediatría, a través de su Comité Asesor de Vacunas, su recuerdo perdurará, por tantos años en los que tuvimos el privilegio de compartir con él un mismo compromiso, el de transmitir el conocimiento y evidencia científica de las vacunas y divulgar la importancia de la vacunación a toda la sociedad, como pionero de la investigación y desarrollo de nuevas vacunas en nuestro país durante décadas, que han sido cruciales para el desarrollo y su aplicación en las recomendaciones de vacunación infantil. Logró que cientos, miles, de padres con total altruismo depositaran su confianza en él y en lo que significaba participar en ensayos clínicos para conseguir un beneficio futuro en la prevención de enfermedades inmunoprevenibles y que por su naturaleza suponían incomodidad para ellos y, sobre todo, para sus hijos y lo logró porque los padres y los niños confiaban en Pepe, porque era antes que nada su pediatra. Todos disfrutamos de su liderazgo, total dedicación y entrega, como no podía ser de otra forma, dada su gran personalidad y su excepcional capacidad de trabajo.
Su huella es imborrable, y por ello, siempre ocupará un lugar de honor, también, en este comité.
Fue autor y coordinador de proyectos esenciales para la pediatría, como el célebre "Chuletario" de la SPMyCM y el Manual Práctico de Pediatría para Atención Primaria, herramientas de referencia para muchos profesionales que son muestras de su visión y misión de la importancia de la formación en el profesional de la salud y reconoció el papel esencial de la atención de los niños fuera del hospital, manteniendo una estrecha y fructífera relación, con la Pediatría de Atención Primaria en cuyas reuniones científicas participó de forma continuada. Lideró la conmemoración del centenario de la SPMyCM en 2012, siendo su presidente, dejando para la posteridad un emotivo prólogo en el número 4 de los Cuadernos de Historia de la Pediatría Española de la Asociación Española de Pediatría, reflejo de su pasión por la especialidad y su compromiso con la memoria de la pediatría.
Más allá de sus méritos académicos y profesionales, quienes tuvimos el privilegio de compartir con él congresos, proyectos y debates científicos, recordaremos su carácter firme, su excepcional sentido del humor, su enorme corazón y su constante disposición para ayudar. Su liderazgo no solo se basaba en su capacidad de trabajo, sino también en su convicción de los valores y principios que el esfuerzo, el rigor, la disciplina, la pasión, la inquietud intelectual y científica en la mejora del conocimiento, suponen la única forma de llegar a la excelencia como profesional unido a la empatía y calidez humana, siendo ejemplo para todos su inquebrantable sentido del deber y su generosidad con colegas y discípulos…"solamente se puede ser buen profesional, si eres una buena persona”.
Comer en compañía de Pepe o simplemente charlar con él, era un privilegio. Disfrutaba con la comida, pero sobre todo disfrutaba con la conversación, en la que también era un maestro. Le gustaba contar anécdotas divertidas, que muchas veces escondían una enseñanza o una opinión certera sobre el tema del que se hablaba. Sin embargo, nunca trató de imponer su opinión. Por todo ello, a la hora de comer, todos buscábamos a Pepe como compañero de mesa. Como anécdota final, que pocos conocen, de su actividad personal es que figura en el Hall of Fame de las Artes Marciales en Miami 1997 ya que era Cinturón Negro 3.º Dan de Kenpo.
Su mujer Jeannette, su gran apoyo.
En este momento de tristeza, nuestro pensamiento está con su esposa, Jeannette, compañera incansable y pieza clave en su labor, cuyo trabajo y apoyo fueron fundamentales en su trayectoria. Más que una acompañante, fue su colaboradora indispensable, su complemento perfecto en cada proyecto y un pilar esencial en su trabajo. También queremos expresar nuestro cariño a sus familiares y amigos. Nos queda el consuelo de haber compartido su camino y haber aprendido de un maestro excepcional.
Gracias, José…gracias, Pepe, por tu legado, por tu esfuerzo y dedicación, y, sobre todo, por el privilegio de haber caminado a tu lado.
Amaste la Pediatría y las vacunas. Por eso, la Pediatría y las vacunas lloran ahora por ti.
Siempre formarás parte de nosotros.
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