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En Francia se proponen medidas para salvaguardar las vacunaciones

13 diciembre 2016
Fuente: 
Santé Publique France

En enero de 2016, la Santé Publique France (Agencia Francesa de Salud Pública) informó de la observación de una disminución del 5 % en las coberturas vacunales del primer año de vida en 2015, en comparación con las de los años precedentes, situadas alrededor del 98 %. Este descenso afectaba tanto a las vacunas combinadas (hexa y pentavalente), sometidas a restricciones en el abastecimiento, como a Prevenar 13®, no afectada por esta limitación.

Como en el resto de países de renta media y alta, en Europa se ha constatado un incremento de la desconfianza hacia las vacunas y la disminución consecuente de las coberturas vacunales en los últimos años (en especial frente a la gripe y el VPH). Francia es actualmente el país con menor nivel de confianza global, y de ello se resienten las vacunas citadas antes y, particularmente en este país, también la de la hepatitis B.

Ahora son las vacunas del primer año de vida las que muestran pérdida de adherencia y aceptación.

En respuesta a esta situación, la Ministra de Salud, Marisol Touraine, propuso, en febrero pasado, un gran debate nacional sobre el tema. Una de las medidas tomadas fue la de encargar a un comité científico, dirigido por el prestigioso Alain Fisher, pediatra e inmunólogo, la propuesta de medidas correctoras, basándose en la opinión de los ciudadanos y de los profesionales. El informe final de dicho estudio, publicado el pasado 30 de noviembre, plantea un amplio panel de medidas agrupadas en 6 líneas de actuación (ver una extensa nota de prensa y el informe completo). Después, el gobierno francés habrá de evaluar y decidir sobre la pertinencia y aplicabilidad de las medidas propuestas en el informe citado, que, esquemáticamente, son las siguientes:

  • Refuerzo de la transparencia en todo el proceso. Incluye la máxima transparencia de los conflictos de intereses de los expertos, el acceso a los datos crudos de los ensayos clínicos y la limitación de la publicidad y de la información directa de los fabricantes a la población.
  • Refuerzo de la política de información y comunicación. Contempla la creación de una plataforma web con contenidos de calidad que dé cabida a toda la información disponible, para contrarrestar la información falsa que prolifera, y que sorprendentemente está tan bien situada en los buscadores de internet. Las vacunaciones deberían ser un objetivo prioritario a nivel nacional, declaradas de interés público y habrían de formar parte del currículo educativo.
  • Simplificar las vacunaciones y mejorar el acceso a las mismas. Propone valorar la aplicación de algunas vacunaciones en las farmacias y en las escuelas, implantar registros electrónicos generalizados, establecer objetivos de resultados en vacunación en salud pública y evitar los desabastecimientos (con políticas de compras, reservas de emergencias, compras centralizadas, comunicación de desabastecimientos, planes de contingencia ante los mismos, etc.).
  • Formación de los profesionales. Ampliar y mejorar la formación de todos los profesionales implicados, especialmente sobre las vacunaciones de los individuos inmunocomprometidos y otros grupos vulnerables.
  • En el campo de la investigación básica y clínica, propone promover el desarrollo de nuevas vacunas, de nuevos adyuvantes, la optimización de las vacunaciones en enfermos crónicos y con inmunodeficiencias, el desarrollo de nuevas vías de administración (vías intradérmica y transcutánea), estudiar los condicionantes individuales de la eficacia y efectividad de las vacunas y los condicionantes sociales (percepción subjetiva, políticas públicas, estrategias comerciales de los laboratorios, etc.).
  • Ampliar la obligatoriedad de las vacunaciones, aunque solo durante el tiempo necesario, aplicada a ciertas vacunas y adaptadas a las particularidades concretas de cada entorno. Entre estas medidas se incluyen:
    • 11 vacunas obligatorias: difteria, tétanos, tosferina, polio, Haemophilus influenzae tipo b, hepatitis B, neumococo, meningococo C, sarampión, parotiditis y rubeola.
    • Garantizar el acceso gratuito a estas vacunas, estableciendo un régimen de compensación de daños.
    • Revisar las indicaciones de las vacunas: por ej. ampliación de la indicación de la vacuna VPH a los varones (la situación es particularmente preocupante en el caso de esta vacuna, con una cobertura actual del 14 % en las adolescentes francesas).
    • Vacunación obligatoria de los profesionales frente a la hepatitis B, sarampión, gripe, tosferina y varicela.
    • Establecer un régimen de excepciones aceptadas a la obligatoriedad y la firma de un documento de responsabilidad de los padres, en su caso.
    • Acciones corporativas frente a los profesionales "antivacunas". Un estudio reciente encontró que un 14 % de los médicos generales franceses albergan dudas importantes o rechazan las vacunaciones, cifra considerada, a pesar de todo, moderada.

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