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Ébola y guerra. Dos desgracias que viajan juntas

15 octubre 2018
Fuente: 
Ministère de la Santé, Rep. Dem. del Congo.

Balance del 9.º brote (mayo a julio/2018) y evolución del brote actual desde el 1/agosto, con el repunte de casos en las primeras semanas de octubre. La tasa de mortalidad entre los casos confirmados en el brote actual es de 55,2 %, frente al 44,7 % del brote anterior. Fuente: adaptado del Ministère de la Santé, RDC.

Al poco de dar por finalizado el 9.º brote de ébola en la República Democrática del Congo (RDC) a finales del pasado mes de julio, el 1 de agosto se ha declarado uno nuevo, esta vez al noreste del país, en una zona a varios miles de kilómetros del anterior, en la provincia de Nord Kivu, fronteriza con Uganda y Ruanda, y muy cerca de otros países como Burundi, Tanzania y Sudán del Sur.

A diferencia del anterior, el brote actual se mantiene activo casi 3 meses después su declaración oficial, habiendo superado ya la cifra de víctimas del brote previo (balance a fecha del 14/octubre: 35 casos probables, 179 confirmados y una mortalidad, entre estos últimos, del 58,1 %), con señales de recrudecimiento del brote en los últimos días, desde comienzo del mes de octubre.

¿Por qué en esta ocasión las medidas de control no están resultando tan exitosas como en el brote anterior?

Dos elementos parecen explicar esto:

  • La resistencia de la población y la escasa colaboración de los curanderos y sanitarios tradicionales en la observación de las indicaciones de las autoridades y de los equipos sanitarios desplegados.
  • La inseguridad y los incidentes violentos protagozanizados por milicias rebeldes, opuestas al gobierno de la RDC.

Como en ocasiones anteriores, la tardanza en la identificación de los primeros casos (que en este brote pudieron ocurrir en el pasado mes de mayo) resulta también un elemento clave en el éxito de las medidas de control (Lancet. 2018;392(10148):623).

Respuesta reticente de la población

Pese a ser una enfermedad terrible con casi dos centenares de víctimas y más de 150 niños nuevos huérfanos, las autoridades y los sanitarios tratan de alejar a la población de temores infundados pero muy extendidos (plan para eliminar a votantes de la oposición, plan de empresas extranjeras para hacer negocio, etc.) que llevan incluso a la ocultación de enfermos y al robo de cadáveres para darles entierro según las tradiciones. La situación ha obligado a las autoridades a desplegar acciones suplementarias con el objetivo de contrarrestar estas actitudes:

  • Múltiples contactos y reuniones, incluso a pie de calle, con los curanderos y los ciudadanos.
  • Movilización de expertos en comunicación e intermediación para trabajar con los líderes y las comunidades locales.
  • Uso de las redes sociales para contrarrestar la difusión de bulos sobre el uso de remedios tradicionales contra el ébola (por ej. sobre el consumo de cebolla).
  • Algunas medidas coercitivas, sobre todo dirigidas a los curanderos, para evitar la ocultación de enfermos.

Inseguridad e incidentes violentos

En el este de la RDC operan, al menos, 70 grupos armados. La violencia no cesa y dura ya muchos años. El origen fue, quizás, el genocidio de Ruanda en 1994 y la consecuencia una sociedad fracturada, un sistema sanitario debilitado y una pobreza extrema (Lancet. 2018;392(10155):1280). Los grupos armados entorpecen las tareas de control y seguimiento de enfermos y sus contactos. Los equipos sanitarios, en algunas zonas, han exigido la presencia de agentes de seguridad.

La ciudad de Beni, al norte de la provincia, está siendo el epicentro donde la inseguridad ha hecho mella. Esta crea zonas “cerradas” a los equipos sanitarios, donde la difusión de la infección encuentra todo tipo de facilidades. Además, el sábado 22 de septiembre, un incidente con víctimas obligó a la suspensión de las actividades de identificación y seguimiento de los contactos y, como consecuencia, en las semanas siguientes se ha detectado un repunte en la aparición de nuevos casos.

Enclave geográfico y riesgo de extensión a países vecinos

La provincia de Nord Kivu se encuentra en un enclave geográfico crítico en el que se entrecruzan varios países vecinos (Uganda, Ruanda, Sudán del Sur, Burundi y Tanzania) e importantes vías de comunicación.

Pese a los preparativos llevados a cabo para evitar y detectar la extensión de la infección a los países vecinos, el riesgo de extensión es elevado. La OMS ha expresado el temor de que virus, resistencia de la población, inseguridad y cercanía a países muy poblados y con, también, escasos recursos constituyen los ingredientes de una “tormenta perfecta”, con posibles consucuencias catastróficas.

Situación general de la República Democrática del Congo

Pero los problemas de la RDC no acaban con el ébola; es un país inmenso (alrededor de 5 veces la superficie de España y con más de 82 millones de habitantes) que está inmerso en numerosos retos de envergadura extraordinaria.

En 1999, la RDC tenía una cobertura de las 3 dosis de DTP del primer año de vida de apenas el 25 %, mientras que actualmente esta cobertura llega al 81 %. Se ha avanzado mucho, pero quedan aún casi 2 millones de niños sin las vacunaciones necesarias.

  • El gobierno del país, UNICEF y Gavi acaban de anunciar el lanzamiento de una campaña masiva de vacunación que pretende extender a unos 250·000 niños el programa básico de vacunación (DTP, hepatitis B, Hib, neumococo y poliomielitis).
  • Vacunación contra la polio en varias provincias, pero excluyendo a las afectadas por el ébola. Sin casos de polio en 5 años, este año han tenido una veintena de casos por el poliovirus 2 derivado de la vacuna (VP2dV).
  • En Kinsasa se ha construido el mayor almacén de vacunas del África Central, financiado con la participación de Gavi y UNICEF.

Como se ve, la RDC afronta retos de extraordinaria envergadura en condiciones de necesidad urgente de la cooperación internacional a gran escala (investigación, infraestructuras básicas, financiación, etc.). El reto es de todos.

La concurrencia de conflictos armados interminables no permite desplegar oportunamente las respuestas de salud pública necesarias. Asegurar la paz y la seguridad es una necesidad imperiosa, pero ¿cómo hacerlo? (Lancet. 2018;392(10155):1280).

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