Las autoridades de la Rep. Dem. del Congo (RDC) y la OMS han declarado el final del décimo brote [1] de enfermedad por infección del virus del Ébola, desde 1976, cuando fue identificado este agente. Se trata de un prolongado brote (23 meses, desde el 1 de agosto de 2018 al 25 de junio de 2020), en las provincias de Kivu del Norte e Ituri, en el este del país, que se ha saldado con un trágico balance: 3470 casos y 2287 fallecidos (letalidad: 65,9 %) (Nature, 26 de junio de 2020 [2]).
[3]Ha sido el segundo brote de ébola más importante de África, en duración y víctimas, después del ocurrido en el oeste del continente, principalmente en Guinea, Liberia y Sierra Leona, en 2014-2016, saldado con más de 28.000 casos y 11.000 muertes.
Esto ocurre cuando ya se ha declarado el undécimo brote de ébola en el noroeste del país, que a día de hoy acumula ya 33 casos (30 confirmados y 3 probables) con una letalidad provisional del 39,4 %.
Algunos hechos y cifras representativas de la magnitud del brote recién finalizado
[4]Unas pocas cifras dan una somera idea de la magnitud e impacto del brote finalizado, y de los esfuerzos que un país inmenso y pobre (IDH: 179 de 189 países [5], en 2019) ha tenido que afrontar:
- Más de 1500 sanitarios desplegados por la OMS en el terreno (además de varios centenares más movilizados por otras entidades) y más de 16.000 trabajadores locales que han colaborado en las tareas de control, en distintas áreas.
- Las actividades de control de la enfermedad han incluido a más de 250.000 contactos monitorizados (cada uno de ellos, durante, al menos, 42 días), y más de 220.000 test realizados.
[2]Se han llevado a cabo investigaciones [6] sobre prevención con vacunas y tratamientos para la enfermedad (mAb114 y REGN-EB3 [7]) que han supuesto importantes mejoras, lo cual es realmente una proeza en el contexto de inseguridad reinante en la zona.
- Se han administrado más de 303.000 vacunas rVSV-ZEBOV (suministradas mediante un acuerdo de Gavi con el fabricante [8], Merck), y una segunda vacuna (Ad26-ZEBOV/MVA-BN-FILO) se ha incorporado al arsenal de medidas de control en octubre de 2019, administrándose más de 20.000 primeras dosis y casi 10.000 segundas.
- La inseguridad en la región [9] ha sido el mayor obstáculo para la población y los equipos sanitarios. Entre las numerosas víctimas, al menos 11 enfermos murieron violentamente cuando eran tratados en un centro sanitario, y también Richard Valery Mouzoko Kiboung [10], epidemiólogo camerunés, fallecido en abril de 2019.
- El brote fue declarado [11] “emergencia de salud pública de interés internacional” (PHEIC, sus siglas en inglés) el 17 de julio de 2019. La OMS, ha cancelado la declaración de PHEIC [12] el pasado 26 de junio de 2020.
- Varios países, próximos a las zonas donde se ha desarrollado el brote, han participado en la respuesta; han sido: Burundi, Ruanda, Uganda y Sudán del Sur.
Lo logrado es el resultado del trabajo y colaboración de muchos
Además de las autoridades del país y la OMS, han participado:
- Casi 100 entidades colaboradoras [13], del ámbito internacional y de la región.
- Países y entidades donantes de fondos económicos [14]; entre los países europeos se encuentran: Alemania, Dinamarca, Irlanda, Noruega, Suecia, Italia, Suiza, Luxemburgo y la propia Comisión Europea.
Los equipos de Médecins sans Frontières, tras el balance final del 10.º brote de ébola en la RDC [15], han celebrado de forma entusiasta el fin del brote.
Los peligros no han pasado
[16]Las autoridades advierten de que las amenazas sobre la RDC persisten [17]: antes del final del décimo brote, ya se ha declarado el siguiente, el undécimo [18], a muchos kilómetros del anterior. Y es que parece muy difícil la eliminación del ébola en el país:
- La persistencia del virus [19] en algunos tejidos (testículos, ojos, sistema nervioso central, líquido amniótico y tejidos fetales) en los supervivientes.
- La fauna salvaje constituye un reservorio natural estable de este y otros virus, y la creciente presencia humana en sus hábitats naturales incrementa el riesgo de nuevas zoonosis.
- Las dificultades para la vigilancia epidemiológica y la atención a los casos sospechosos o confirmados y sus contactos, impuestas por la inseguridad de la zona.
- Las elevadas necesidades de fondos económicos para mantener la respuesta epidemiológica y asistencial en amplias y remotas regiones.
Además, el país sufre por la presencia y amplia difusión de otras enfermedades, como el sarampión, con más de 6000 muertes en el año anterior, el cólera y la actual pandemia de COVID-19. En este contexto, los esfuerzos de las autoridades y de la población local están siendo titánicos (Gavi y UNICEF han reconocido los esfuerzos del gobierno de la RDC [20] para reforzar y ampliar las vacunaciones infantiles).
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Más información:
- OMS África, situation reports, informes semanales [21].
- OMS. Brotes y emergencias, boletines semanales [22].
- OMS, tablero de seguimiento de casos [23].
- Twitter de OMS-África [24].
- Seguimiento de las noticias sobre el ébola [25] en CIDRAP.
- MSF, 26 de junio de 2020. Seis lecciones aprendidas tras el fin del brote en la RDC [26].
- OMS. Todo sobre el ébola [27], hechos y datos, febrero de 2020 [28].
- OMS. Historia de los brotes de ébola en la RDC [29].
- CDC. Historia de los brotes de ébola en África [30].
- STAT, noticia del 22 de junio de 2020 con el balance del décimo brote de ébola en la RDC [31].
- Otras noticias anteriores sobre el ébola [32] en esta web.
- Sarukhan A, et al. Ébola: dos años y 11.300 muertes después. Lecciones de una epidemia para la salud global [33]. IsGlobal, 17 de marzo de 2016.