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Necesidad de monitorización de la confianza en las vacunaciones

16 septiembre 2020
Fuente: 
Elaboración propia a partir de varias fuentes
Un estudio propone tomar en serio la cuestión de la confianza en las vacunaciones y propone una métrica para su monitorización

[1]

Actualmente hay suficiente evidencia de que las causas principales de la demora y el rechazo de las vacunaciones son, además de los problemas de acceso, la pérdida de confianza en la importancia, la seguridad y la efectividad de las vacunas. Varios estudios han puesto de manifiesto la relación del rechazo vacunal y la emergencia de brotes de, por ejemplo, polio (Glob Public Health. 2013;8(10):1138-50 [2]), tosferina y sarampión (JAMA. 2016;315:1149-58 [3]). En 2019, la OMS catalogó a la desconfianza en las vacunas como uno de los retos de salud pública [4] más importantes.

Aunque las coberturas vacunales se monitorizan regularmente, no existe un sistema de seguimiento igualmente sólido para la confianza en las vacunaciones. Se resume aquí un estudio que ha mapeado la confianza vacunal en 149 países entre 2015 y 2019 (Lancet. 2020;396(10255):898-908 [5]).

Tendencias mundiales de la confianza en las vacunas e investigación de las barreras para su aceptación

Se trata de un estudio retrospectivo a gran escala, cuyos objetivos son:

  • Conocer las tendencias y distribución mundial de las percepciones de la población sobre la importancia o necesidad, la seguridad y la efectividad o eficacia de las vacunaciones.
  • Conocer la correlación entre las coberturas vacunales y una variedad de factores como el estatus socioeconómico, la confianza y las fuentes de información preferidas por la población.

[6]Para ello, los autores recurren a examinar 290 encuestas a nivel nacional, en 149 países, que involucran a más de 284·000 personas mayores de 18 años de edad, entre septiembre de 2015 y diciembre de 2019. En el caso de 67 países se incluyó una encuesta, pero en los demás se examinaron de 2 a 6 encuestas hechas en distintos momentos.

La investigación ha sido impulsada por el Vaccine Confidence Project (VCI [7], entidad fundada por Heidi Larsson en 2010) y el London School of Hygiene & Tropical Medicine (LSHTM [8]) y ha contado con la financiación de la Comisión Europea, Wellcome [9] y el Engineering and Physical Sciences Research Council (EPSRC [10], RU). Entre las fuentes de información del estudio comentado se encuentra el Welcome Global Monitor de 2018 [11].

Hallazgos más relevantes

Entre los hallazgos más relevantes destacan:

  • Entre los países que más confianza muestran en la seguridad, importancia y efectividad de las vacunas se encuentran: Argentina y Etiopía. Y entre los que menos: Japón y Marruecos.
  • La confianza en las vacunas cayó sustancialmente en Afganistán, Indonesia, Filipinas y Pakistán.
  • Europa sigue en los niveles más bajos de confianza, pero se comprueba una leve mejoría en Finlandia, Francia, Irlanda e Italia. A la vez, Polonia ha experimentado un notable retroceso.
  • La percepción sobre la necesidad de las vacunas se muestra como un determinante relevante de la cobertura vacunal.
  • Ser varón y un menor nivel de estudios están asociados a una menor probabilidad de vacunación.
  • Los componentes de minorías religiosas tienen mayor riesgo de perder vacunaciones (correlación débil).
  • Los sanitarios como fuente de información (antes que los allegados o las redes sociales) se correlaciona con una mayor probabilidad de vacunación.

En varios casos, los autores aventuran posibles explicaciones a los cambios observados: la inestabilidad política en los casos de Afganistán y Pakistán, incidentes de seguridad mal gestionados (Samoa [12], Indonesia [13] y Filipinas [14]), fenómenos políticos recientes en Polonia, fanatismo religioso en Nigeria e Indonesia, etc.

En la imagen adjunta se muestra un panorama general y por países del porcentaje de personas que se mostraron “muy de acuerdo” con la seguridad, importancia y efectividad de las vacunas.
[15]
Según los autores, las limitaciones del estudio destacables son: intervalos de confianza amplios en algunos casos; coherencia limitada entre encuestas en distintos países; y la elección preferente de las respuestas categóricas polarizadas (“muy de acuerdo” y “muy en desacuerdo”).

Los datos de España

En el material complementario aportado por el estudio comentado se pueden observar los resultados hallados en España (al igual que los demás países), que se resumen en la imagen de arriba.

También advierten los autores de un dato observado en el caso de España: la caída de la confianza en la seguridad de las vacunas (6 puntos porcentuales, del 60,4 al 54,4 %) entre dos encuestas realizadas en octubre/2018 y diciembre/2019 (aunque sin significación estadística).

Conclusiones finales

“Es hora de tomar en serio la confianza en las vacunas”. Hay datos suficientes que ilustran que la desconfianza en las vacunaciones interfiere en la adherencia a las recomendaciones y es causa de reducción de las coberturas vacunales y de la aparición de brotes de enfermedades infecciosas. La desconfianza se mantiene a pesar de contar con un amplio conjunto de estudios que reafirman la elevada seguridad [16] de las vacunaciones. Por ejemplo, se cuenta con 17 estudios metodológicamente sólidos que descartan la relación de las vacunas del sarampión y otras con los TEA, lo que no impide que todavía haya un 30 % de estadounidenses que creen en la relación entre ambos (Lancet. 2020;396(10255):870-1 [17]).

Con cada crisis llega una oportunidad. Si la gestión de la seguridad de las vacunas frente a la COVID-19 en camino responde adecuadamente a las preocupaciones y dudas de la población (con lanzamiento de productos seguros y vigilancia a largo plazo de los efectos adversos de baja frecuencia), podría beneficiarse la confianza en las vacunas en general. Como refiere H. Larsson [18], a veces incidentes, aparentemente de escasa relevancia, que se han pasado por alto, crecen y se difunden de forma sorprendente, llegando a constituir verdaderos problemas de salud pública de envergadura. La atención a estos fenómenos y la monitorización de la confianza de la población puede tener un impacto decisivo en la evolución de la pandemia.

La confianza en las vacunas varía ampliamente entre países. Tener una métrica y unos datos de referencia para medir las tendencias de la confianza vacunal es muy útil, y es la principal aportación del estudio comentado aquí (LSHTM, 10 September 2020 [19]).

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