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Vacunas de la COVID-19: hasta ahora resultados predecibles, lo cual es una buena noticia

20 agosto 2020
Fuente: 
Elaboración propia a partir de varias fuentes
Los resultados de la investigación de las vacunas de la COVID-19, pese a su carácter preliminar, permiten albergar esperanzas

[1]

Seguir y mantenerse al día de los pormenores del desarrollo de la investigación de las nuevas vacunas frente a la COVID-19 por el virus SARS-CoV-2 es ya una tarea imposible, un objetivo inabarcable por la extensión, variedad y velocidad de la investigación en curso. En este texto se pretende presentar un extracto de los resultados contrastados de la investigación clínica de los candidatos a vacuna, es decir, de los resultados publicados en medios científicos acreditados, acompañados de algunas pocas cifras seleccionadas para ubicarlo en un contexto general.

Situación general de la pandemia

Fuentes de información oficial:

Otras fuentes:

Panorama general de la investigación en vacunas del COVID-19 a fecha del 19 de agosto de 2020

Productos candidatos a vacuna en investigación

Fuentes:

[9]

Investigación española

En el listado de la OMS [7] citado antes se encuentran 5 productos en investigación en España en fase de investigación preclínica.

Según el Ministerio de Ciencia e Innovación son 17 los proyectos de investigación españoles [10] financiados por distintas fuentes públicas. De estos, todos en investigación preclínica, los 5 productos cuya investigación se encuentra más avanzada son (A. Hernando, Agencia Sinc, 27 de julio de 2020 [11]):

  • Vector viral: variante atenuada de un virus vaccinia modificado Ankara (MVA) (Mariano Esteban, Centro Nacional de Biotecnología, CNB-CSIC).
  • ADN recombinante (Vicente Larraga, Centro de Investigaciones Biológicas, CIB-CSIC).
  • Replicones de ARN (Luis Enjuanes e Isabel Sola, Centro Nacional de Biotecnología, CNB-CSIC).
  • Vector viral: virus vaccinia no replicante (Rafael Blasco, Instituto Nacional de Investigaciones Agronómicas, INIA, Ministerio de Ciencia e Innovación).
  • Vector viral: lentivirus a partir del VIH (David Escors, Navarrabiomed).

Resultados publicados

Hasta la fecha se han publicado resultados de 7 estudios en fases 1, 1/2 y 2 (ver imagen de arriba), que, ordenados por tipos de vacunas, se muestran a continuación.

Vacunas basadas en un vector viral no replicante

  • Fase 1. Adenovirus humano tipo 5 (Ad5). Zhu FC, et al. Safety, tolerability, and immunogenicity of a recombinant adenovirus type-5 vectored COVID-19 vaccine: a dose-escalation, open-label, non-randomised, first-in-human trial. Lancet. 2020;395:1845-54 [12].
  • Fase 1/2. Adenovirus de chimpancé ChAdOx1. Folegatti PM, et al. Safety and immunogenicity of the ChAdOx1 nCoV-19 vaccine against SARS-CoV-2: a preliminary report of a phase 1/2, single-blind, randomised controlled trial. Lancet. 2020;396(10249):467-78 [13]. (ver comentarios a este artículo en esta web [14]).
  • Fase 2. Adenovirus humano tipo 5 (Ad5). Zhu FC, et al. Immunogenicity and safety of a recombinant adenovirus type-5-vectored COVID-19 vaccine in healthy adults aged 18 years or older: a randomised, double-blind, placebo-controlled, phase 2 trial. Lancet. 2020;396(10249):479-88 [15].

Vacunas basadas en ARMm

Vacuna inactivada

  • Fase 1/2. Vacuna inactivada adyuvada con aluminio (WIV04). Xia S, et al. Effect of an inactivated vaccine against SARS-CoV-2 on safety and immunogenicity outcomes. Interim analysis of 2 randomized clinical trials. JAMA. 2020, 13/ago. doi:10.1001/jama.2020.15543 [19].

La carrera por una vacuna de la COVID-19 ya no es solo una carrera por una vacuna

La carrera por una vacuna de la COVID-19 ya no es solo una carrera por una vacuna. Es también un reto industrial y económico, con empresas jugándose un puesto preferente en un escenario con elevada competitividad y riesgos económicos. Y también un nuevo escenario del complejo juego de las fuerzas geopolíticas que se disputan el papel de principal actor en el mundo (casos de EE. UU., China y Rusia, mientras la Unión Europea, con una propuesta política menos robusta, busca defenderse de los grandes y afianzar un puesto digno). Sin olvidar el impacto (interferencias) de las batallas políticas domésticas en la investigación (caso de D. Trump, presidente norteamericano, ante las elecciones presidenciales en el próximo noviembre). 

El pasado 11 de agosto el presidente ruso, V. Putin, anunció que la agencia reguladora de su país había aprobado una vacuna contra la COVID-19 (El Confidencial [20], Agencia Sinc [21] y Science [22], 11 de agosto de 2020). El producto, desarrollado por el Instituto de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya en Moscú, contiene dos componentes (ambos, vectores virales), administrados secuencialmente, uno con un adenovirus humano tipo 26 (Ad26) y el otro con otro adenovirus (Ad5). Apenas se conocen detalles técnicos más allá de los registros en ClinicalTrials.gov (NCT04437875 [23] y NCT04436471 [24]); según declaraciones de las autoridades rusas, habrían superado los estudios en fase 1 y 2, pero no se han mostrado, y menos publicado, detalles de los resultados. También, según fuentes oficiales, la presunta vacuna aprobada está destinada inicialmente a solo determinados grupos de población más vulnerables. El anuncio y la aprobación de este producto (llamado, para más inri, Sputnik V [25], recordando la hazaña del lanzamiento espacial del Sputnik-1 en 1957 [26]), del que se supone que ha comenzado estudios en fase 3, se ha calificado de imprudente y temerario, pues no ha completado los estudios considerados imprescindibles, y si fracasa comprometerá no solo a la población rusa vacunada sino también la confianza global en las vacunaciones y la ciencia en general en el mundo entero (Nature. 2020;584:334-5 [27]).

Separando el grano de la paja

Las perspectivas, según los resultados mostrados por las publicaciones mencionadas antes, son optimistas (Lancet. 2020;396(10249):448-9 [28]), pero en realidad lo único conseguido hasta ahora es demostrar que los candidatos en estudio tienen un perfil de seguridad aceptable y provocan una respuesta con anticuerpos neutralizantes de forma rápida, pero aún no se sabe si esta respuesta es suficiente y cuánto tiempo se mantendría, es decir, aún no se sabe si funcionarán (Nature. 2020;583:669-70 [29]).

Por lo sabido de la inmunología de los coronavirus en general y del SARS-CoV-2 en particular, los resultados publicados hasta ahora eran predecibles, lo cual es, en cierto modo, una buena noticia, pues podrían estar anticipando unos resultados finales favorables (Nature. 2020, 17 de agosto. doi:10.1038/d41586-020-02400-7 [30]).

Otro aspecto no cubierto por los estudios publicados hasta ahora es el uso de las vacunas en grupos poblacionales especiales, tradicionalmente apartados de los estudios iniciales de casi cualquier fármaco; son los niños, las embarazadas y mujeres lactantes, las personas de edad avanzada y las que padecen algunas condiciones crónicas. Estas poblaciones han estado expresamente excluidas en los estudios publicados. Otros estudios en fase 2 y 3 en curso incluyen a algunas de estas personas: por ej. con la vacuna AZD1222/ChAdOx1 de la Universidad de Oxford se estudia en niños de 5-12 años y personas con >56 años de edad (NCT04400838 [31]), personas con VIH (NCT04444674 [32]), etc. (H. Branswell. STAT, 19 de agosto de 2020 [33]).

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Más información:

Otras referencias:

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