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Se complica el futuro de la vacuna del zika

25 septiembre 2017
Fuente: 
Elaboración propia a partir de varias fuentes.
Las incertidumbres sobre la biología y epidemiología del virus del Zika complican el desarrollo de vacunas para luchar contra la infección.

Distribución mundial de las infecciones y coinfecciones por los virus del dengue, chikunguña y zika (Nat Commun. 2017;8:15412). 

A comienzos de este mes de septiembre, Sanofi informaba [1] de que abandona la investigación de una vacuna inactivada frente al virus del Zika en la que estaba trabajando. En su nota, informa de que el Department of Health and Human Services de EE. UU. (a través del Biomedical Advanced Research and Development Authority, BARDA [2]), tras revisar el conjunto de proyectos para los que aportaba financiación, ha decidido dejar de apoyar el relacionado con la vacuna de la compañía Sanofi. No obstante, la empresa advierte de que se propone terminar un estudio epidemiológico que está en marcha en varios países americanos.

Las causas de las decisiones de las autoridades estadounidenses parecen estar en la cambiante epidemiología de la infección por el virus del Zika, la acusada reducción de casos constatada en este año 2017 y el cambio de prioridades de las autoridades del país, que han decidio priorizar el proyecto de otro fabricante [3], Takeda, también con una vacuna inactivada.

¿Quiere esto decir que la amenaza ha pasado o que estamos ahora más lejos de contar con una vacuna eficaz frente al zika? Probablemente ni una ni otra cosa, tal como explica S. Berkley [4] (Gavi, The Vaccine Alliance [5]). Si bien es verdad que en los últimos meses los nuevos casos han disminuido sustancialmente, es sabido que la evolución de los brotes es cíclica y que a buen seguro volveremos a vivir repuntes de la infección en unos años. Aunque Sanofi era la empresa que más había apostado por la investigación en este terreno y que su producto era uno de los más prometedores, hay otros candidatos a vacuna [6] contra el zika que se mantienen en investigación (con 12 estudios en fase I en marcha, 5 de ellos en situación de ofrecer resultados ya en el próximo año).

No están claros los motivos que, de verdad, han llevado a tomar estas decisiones a las autoridades estadounidenses y a Sanofi. El 1 de febrero de 2016, la OMS declaró que el brote de zika constituía una emergencia de salud pública de interés internacional [7], lo que atrajo cuantiosas aportaciones económicas de distintas entidades. Sin embargo, el 18 de noviembre de 2016, la OMS, a la vista de la evolución del brote, canceló la declaración de emergencia internacional [7]. Ahora, tras varios cientos de miles de casos en el continente americano (y las conocidas y dramáticas complicaciones en mujeres gestantes [8] y numerosos casos de síndrome de Guillain-Barré [9]) y más de 80 países afectados [10], hay dudas de que una vacuna frente al zika tenga un futuro viable.

Precísamente para salvar este tipo de situaciones, recientemente se ha puesto en marcha la Coalition for Epidemic Preparedness Innovations (CEPI) [11] para financiar el desarrollo de vacunas frente a infecciones con potencial de causar epidemias, pero sin perspectivas de un mercado que permita recuperar los elevados gastos de desarrollo e investigación.

La realidad es que aún sabemos muy poco de la biología y epidemiología del virus del Zika [12]. ¿Por qué la infección ha afectado con especial intensidad a Brasil? (más del 80 % de los casos de síndrome de zika congénito se han registrado en el norte del país). ¿Por qué ha cedido el brote en el continente americano?; en Brasil entre enero y abril de 2017 se han notificado casi 8000 casos, mientras que en el mismo periodo de 2016 fueron más de 170·000; y en EE. UU. entre enero y agosto de 2017, se han notificado 779 casos frente a 41·181 en el mismo periodo del pasado año. Una posible explicación es que la amplia difusión habida haya podido afectar a una elevada proporción de la población, de modo que, con la mayoría de los habitantes inmunes, se ha llegado a limitar o interrumpir la transmisión del virus. Si esto es lo que ha ocurrido, la realización de campañas masivas de vacunación tal vez no sea una buena estrategia en estas regiones, aunque sí en otras donde el mosquito vector está presente de forma estable y con la capacidad de difundir el virus del Zika. Otra complicación para el desarrollo de la vacuna del zika es la incertidumbre que añade la complicada interacción entre distintos arbovirus [13] (dengue, chikunguña, zika) transmitidos por el mismo vector (Aedes aegypti), y posíblemente de forma simultánea, y la eventual interferencia de las coinfecciones con la respuesta a la vacuna del dengue que se está empleando de forma masiva en algunas áreas de los continentes americano y asiático [14], y a una futura vacuna frente al zika.

Lo que incialmente parecía prometer resultados tempranos [15] tras el empuje de las autoridades estadounidenses [16], pronto se tornó menos optimista [17]. Ahora es patente que las incertidumbres están frenando el desarrollo de la vacuna frente a esta enfermedad. Pero, como afirma el último editorial de Lancet Infect Dis [12], la investigación de una vacuna frente al zika debe continuar siendo una prioridad, porque sin duda la enfermedad volverá y más nos vale estar entonces preparados.

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