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El fraude de las vacunas en China compromete a su sistema sanitario

01 agosto 2018
Fuente: 
Elaboración propia a partir de varias fuentes.
Un nuevo escándalo que afecta a los fabricantes de vacunas en China compromete a las coberturas vacunales y a la credibilidad de su sistema sanitario

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Fuente: Reuters, The Atlantic, 25 de julio de 2018 [1].

El escándalo de las vacunas chinas fraudulentas ha estallado hace pocos días, pero venía fraguándose desde hace algún tiempo.

La historia comenzó [1] en noviembre pasado, cuando el gran fabricante chino Changsheng Biotechnology Co. se vio obligado a retirar sus vacunas de DTP (difteria, tétanos y tosferina) por defectos de fabricación que restaban potencia inmunizante al producto. La semana pasada, una inspección del Gobierno chino descubrió un fraude [2] en el proceso de fabricación de vacunas de la rabia del mismo fabricante y la denuncia en redes sociales (WeChat, Weibo) apresuró los hechos y las medidas de las autoridades, entre las cuales también estaba la de restringir la información sobre el tema en los medios de comunicación y las redes sociales.

La rabia, en China, es aún un problema de salud pública muy importante, si bien se había conseguido reducir a la mitad las muertes por la enfermedad en los últimos años. El fabricante implicado en el escándalo actual es el segundo mayor productor de vacunas de la rabia en el país (BMJ. 2018;362:k3244 [3]).

Llueve sobre mojado, pues en China los escándalos se han sucedido en los últimos años: han afectado a la leche, a las fórmulas lácteas infantiles y a otros alimentos. Hace un par de años se desarticuló [4] una red que traficaba con vacunas almacenadas sin frío. El resultado de todo ello es que la confianza de la población en las autoridades está ya muy mermada. No se han notificado daños en los niños que han recibido las vacunas fraudulentas de Changsheng, pero sí se ha resentido la confianza de la población en las vacunas y, como consecuencia de ello, las coberturas vacunales disminuyen (Hum Vaccin Immunother. 2018;14(7):1672-8 [5]). No todas las denuncias resultan ser ciertas, pero el poso de desconfianza sí es real, como demostró un caso en el que se acusó sin base a una vacuna china de la hepatitis B (Int J Epidemiol. 2016;45(2):441-9 [6]). En realidad, es todo el sistema sanitario chino [7] lo que está en entredicho.

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Fuente: Tan Kaixing / European Pressphoto Agency para The New York Times, 25 de julio de 2018 [8].

Las autoridades han prometido [9] una investigación que llegue hasta el origen del problema y, mientras tanto, los implicados han sido detenidos.

En los últimos años, China ha ampliado enormemente sus programas de vacunación, de lo cual se han beneficiado millones de ciudadanos, pero para ello ha necesitado levantar numerosas fábricas para surtir el creciente mercado interior, llegando a ser parte importante del mercado internacional de vacunas (Vaccine. 2014;32(41):5259-65 [10]). Ahora, como consecuencia de lo ocurrido, los ciudadanos reclaman [11] acciones de calado que mejoren las estructuras y, al mismo tiempo, aumenta allí el consumo de vacunas fabricadas fuera de China.

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Fuente: Lain Simpson, The Power of Vaccines [12]. Londres, 2012. 

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